Castillo de Alburquerque

Castillo de Alburquerque

El Castillo de Alburquerque se encuentra en la localidad de Alburquerque (Extremadura). Estratégicamente ubicado en lo alto de un cerro, en la Sierra de San Pedro, su proximidad a Portugal propiciaba que su dueño jugara un importante papel en la seguridad nacional. Fue considerada como una de las fortalezas más importantes de la Castilla medieval equiparable a las más fuertes y monumentales fortalezas castellanas, tales como Ponferrada, Escalona, Montalbán, Peñafiel y Coca.

La forma de este castillo construido, o reconstruido, en 1276 ha quedado desfigurada en gran parte por alteraciones posteriores, aunque su situación y plan general fueron probablemente los mismos que los del castillo actual. Esta disposición disminuye el valor estratégico de la torre del homenaje pero facilita el acceso a la misma y la hace más apropiada para su uso diario. De planta cuadrada y fachada con sillares y ventanales góticos adornados con el escudo de Álvaro de Luna, la torre pentagonal serviría para proporcionar un fuerte reducto al punto clave de las defensas. Los dos lados que formaban el ángulo agudo que mira al campo desviarían con efectividad, en caso de cerco, los proyectiles de la artillería colocada en las pocas posiciones desde las que se podría alcanzar la torre.

Su poder y eficacia descansa, además de en las ya mencionadas características, en el tamaño y la solidez de las murallas de la villa. A lo largo del siglo XIV el castillo de Alburquerque tuvo distintos propietarios, casi siempre ligados a las coronas de Castilla o de Aragón, sin que pueda saberse hasta el momento la evolución de la actividad constructiva durante ese periodo. Será ya a mediados del siglo XV cuando la fortaleza le sea entregada a don Álvaro de Luna, quien acometió entre los años 1445 y 1453 la construcción de varios elementos significativos, como la torre del homenaje y el interesante sistema de acceso al piso superior a través de un gran puente.

Otro de los puntos destacables de esta construcción son las tres líneas de muralla en las que se abren varias puertas, como la de Valencia y la de la Villa, que aún se conservan. Aunque fue necesario la renovación de los elementos más deteriorados o desaparecidos, todavía se mantienen muchas de las características que permiten percibir el primitivo carácter de la fortaleza.

También deberíamos destacar la iglesia ubicada en el interior de la fortaleza con la advocación de Santa María del Castillo. Se trata de uno de los más antiguos ejemplos de este tipo de edificio religioso en Extremadura, fechado en el siglo XIII y en el que se pueden contemplar el estilo de transición entre el románico tardío y el gótico. El castillo de Alburquerque, que fue construido en piedra y mampostería mantiene en la actualidad un buen estado de conservación, debido fundamentalmente a la contribución de la Junta de Extremadura en su restauración.

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