El castillo de Morella se sitúa en un montículo rocoso desde el que domina la población del mismo nombre, en la provincia de Castellón (Valencia). Durante la dominación árabe perteneció a la taifa de Tortosa. El primitivo núcleo de población se configuró en la falda de su castillo musulmán, conquistado posteriormente por el Cid antes de su asalto a Valencia.
La conquista definitiva, con ayuda musulmana, la realizó Blasco de Alagón en el otoño de 1232, siendo él quien le otorgaría carta de población al año siguiente, ostentando su señorío hasta su muerte en 1250. Fue entonces cuando estas tierras se incorporaron a la corona de Aragón. Después de la conquista comenzó la reconstrucción de la fortificación a manos de Pedro IV, quien reformó todas las defensas y en 1360 construyó la puerta de San Miguel. Posteriormente se hicieron reformas en las partes más deterioradas, construyendo prisiones que tuvieron como ilustres moradores a personajes tan importantes como la condesa d´Urgell y el príncipe de Viana, con Carlos dÉureux y Trastámara.
Durante la Guerra de Secesión catalana (1640 y 1652) el castillo de Morella se convirtió en un importante punto estratégico. Durante la Guerra de Sucesión fue ocupada por las tropas austriacas, y también sufrió las consecuencias de las guerras de la Independencia y carlistas.
La historia del castillo de Morella está marcada por dos aspectos curiosos. En primer lugar, durante las guerras carlistas sirvió de residencia al general Cabrera, llamado el Tigre del Maestrazgo. Con las tropas liberales sufrió una notoria devastación. Uno de los proyectiles entró en el arsenal carlista causando una enorme destrucción.
Las murallas bordean toda la ciudad, arrancando desde el castillo de Morella por el noroeste. Se construyeron entre 1324 y 1330 aprovechando otras ya existentes en el siglo XI. Su altura media es de entre 5 y 10 metros, su espesor alcanza los 2 metros y se extienden a lo largo de 2.500 metros. Antiguamente era un lienzo continuo, pero en 1934 una de sus partes fue derribada para permitir el paso de vehículos. Las torres y puertas que guarnecen la ciudad a lo largo de la muralla poseen todas nombre propio, destacando sobre todo el Portal de Sant Miguel, la Torre del Rei o el Portal de San Mateu.
El recinto principal tiene forma poligonal y presenta una serie de baluartes provistos de cañoneras para su defensa. Encontramos diversos niveles que van rodeando el castillo. El primer elemento defensivo destacable es su situación en la parte más irregular de un cerro. El acceso al castillo de Morella es muy complicado dado que presenta una serie de pasillos entre los muros. La torre del homenaje, denominada torre celloquia, estaba formada por diferentes niveles comunicados por la parte central del recinto, llamada «macho».