El castillo de San Antón se encuentra en A Coruña, sobre una isleta a la entrada del puerto, en el paseo del Parrote, entre el club náutico y la Solana (Galicia). Esta pequeña isleta de la ría de A Coruña ha estado siempre asociada a San Antón, ya que desde finales de la Edad Media se encontraba aquí una pequeña capilla dedicada a San Antón en la cual se recogía a los marineros enfermos de gangrena, enfermedad conocida entonces como «fuego de San Antón«. Posteriormente fue utilizada como lazareto para aislar a los afectados con alguna enfermedad infecciosa. Con la concesión, por parte de Carlos I, de la Casa de Contratación de Especias, el puerto de A Coruña se convirtió en un objetivo para los enemigos de la corona, por lo que el monarca ordenó reforzar las defensas de la ciudad.
Una inscripción situada junto al escudo del marqués en la portada de la fortaleza nos indica que la edificación comenzó en el año 1587 bajo la dirección del alférez Pedro Rodríguez Muñiz.
La obra quedo terminada en el año 1590 con la construcción de los alojamientos para la tropa, el aljibe y la torre sobre la puerta. Después del ataque de 1639, en el que la escuadra francesa asedió la ciudad, la bahía coruñesa quedó protegida por los fuegos cruzados del castillo de San Antón y del desaparecido castillo de San Diego. Tras ese ataque el marqués de Valparaíso propuso al monarca Felipe IV la reforma de la fortificación, que se dio por concluida en el siglo XVIII. Desde comienzos del siglo XVIII y hasta el año 1960, actuó como prisión.
La planta irregular del castillo de San Antón se adapta perfectamente al contorno de la isla, presentando entrantes y salientes muy acusados. Las murallas que rodean la fortificación presentan perfil en talud almenado y las torres de vigilancia manifiestan una combinación a la vez estética y funcional que las integra perfectamente en el conjunto de granito.
Al castillo de San Antón se accede a través de una imponente puerta, apareciendo, después de cruzar el túnel de acceso y la reja, dos escaleras laterales que permiten el paso a la planta alta de la fortaleza. Debajo de estas escaleras se encuentran las celdas primitivas del castillo y siguiendo al frente se accede al patio de armas.
A la planta alta se sube por una amplia rampa. Allí se encuentra el espectacular aljibe, uno de los atractivos del castillo de San Antón, al que se llega por una estrecha escalera. El castillo dispone de un sistema de recogida de agua de lluvia que se canaliza hasta este depósito, garantizando el suministro de agua a la guarnición durante los asedios. El patio superior, al que se accede por la misma rampa, cuenta con el pozo que comunica con el mencionado aljibe, garitas y algunos cañones de la época. Actualmente en el castillo de San Antón está instalado el Museo Arqueológico e Histórico.
